viernes, 28 de septiembre de 2007

La playa más bonita de España

donde va a ser, en el Puerto de Santa María, en Cadiz.


Siempre la misma historia, se repite otra vez (I)

Cuando uno empieza un nuevo trabajo, parece que se va a comer el mundo. Le garantizas a tu jefe que trabajarás con el corazón, que rendirás el doble que fulanito y que menganito, que rentabilizarás tu sueldo, blablabla.

Bueno ese empuje dura un par de semanas. Por suerte, cuando has cambiado tres veces de trabajo, ese empuje lo dominas mejor. Ya no tienes el subidón. Tienes una cierta curiosidad, pero cuando se confirman tus temores, no puedes más que, al final, sentirte reconfortado...y como en casa.

Porque en verdad, cuando estás en un trabajo, tus jefes y el sistema y se encargan rápidamente de hacer sabedor de que no vas a poder cambiar nada, ni sugerir nada, ni hacer nada de nada. Sólo vas a hacer de robot de ofertas y basta. Con lo cual, el desengaño, sobre todo si tienes un mastercillo -yo NO tengo- debe ser bestial.

Puede ser que sea una empresa industrial, de paredes y suelos ennegrecidos, suelo además lleno de virutas y clavos que arruinan tus zapatos nuevos, grasa por todas partes y demás inconveniencias. Puede, que te toque estar solamente en las oficinas, y éstas sean un poco más dignas -porque si están pegadas a la fábrica, acostumbran a adoptar ciertas características propias de la labor pesada -aparte que se oyen los puentes grua moviéndose, los martillazos -o mazazos- y ese ruido rítmico de descompresión de válvulas -cloc cloc etc.

Soy un fan desmesurado de -ya sé, está pasado de moda- del Doom. Pues bien, os digo, esos pasillos largos y oscuros, esas puertas grises que no se sabe a qué habitaciones dan, esos escritorios medio abandonados, luces estropeadas, cables colgando, paredes con pintura desconchada, talleres inmensos sin nadie, máquinas que temblorosas, avanzan sin control...sí existen. Sí, creí que estaba jugando, sólo me faltaba el arma, porque de gente fea...también los hay.

Voy a contaros más cosas de esta mi nueva etapa trabajando. Promete, os lo digo, promete de verdad.

un abrazo chicos