lunes, 7 de mayo de 2007

El mundo después de la bomba atómica (introducción, son unos 15 volúmenes solamente)

Aquí, en la Tierra, bueno, lo que queda de ella, de hecho, desde mi búnker enterrado 35 metros, con mi hija, mi mujer, bueno, lo que queda de ella, estamos intentando transmitir con la piel de una patata, los restos de una batería y una pieza de cobre.

Tenemos agua por suerte porque aquí en el pueblo hay una bolsa muy grande escondida en la montaña. Hay un pasadizo hecho por los maquis durante la guerra civil y así aprovechamos para hacer el zulo.

Comemos sabandijas y raices, aunque las raices saben un poco picantillas, será porque el árbol está sometido a 365.000 tilos, que es como la medida de radioactividad en el 2050.

Esperemos que haya vida extraterrestete -inteligente, por favor, no como la que teníamos en la TIerra- para podernos permitir empezar de nuevo, a poder ser, con un poco más de tranquilidad para ver los ocasos del sol (bueno ahora hay tres soles) y las mariposas de 5 metros revoloteando.

Sin más dilación, puesto que las pieles de patata se han requemado y ahora me voy acomer un tomate con cebolla picada y un par de ajos (ensalada chilena) Luego de comerlo, vereis mi aliento, eso es radioactividad.

saluditos a toditoas

1 comentario:

María Narro dijo...
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