viernes, 7 de noviembre de 2008

La insopor

La insoportable levedad del ser, la mezquindad de nuestras ruines vidas, la sinsentido de acumulación de despropósitos, la falta de dirección continua y sobretodo, más que nada y por encima de absolutamente todo lo demás...LA FALTA DE IGNORANCIA...es lo que sufre más este mundo.

Quan ignota puede ser la vida, y complicada si te pegas de bruces, cuando por el contrario si consigues dirigirte entonces parece que almenos si no tienes un destino, al menos tienes un origen y un pasar...por favor el que esté ahí, que nos ayude a sincronizarnos, a despachar los demonios, a encontrar la armonía que ...desengañaros...tan sólo la encontrareis dentro de vosotros mismos.

Sí, después de arduos esfuerzos, experimentos farragosos, búsqueda incansable, cuestiones a sabios y a hermanos, bienes gananciales y otras bestias de distinto pelaje, yo os digo finalmente: hay que ser totalmente autoservicial, independiente, y a poder ser, autónomo, al menos hasta que nos hagamos pipí en la cama.

Sólo de esta manera pasareis de ser una simple luciernaga en busqueda de flores sin éxito, a ser bombilla que atrae a todas las luciernagas.

Es una conjunción de pendientes hacia abajo, un mar de inmensas proporciones en las que las aportaciones no son más que gotas que no consiguen corromperlo, una simple coordinación, una feliz casualidad, que en tu interior, consigue...que tu lleves tu propio clima dentro, haga viento o llueva, nieve o truene...tu tienes que llevar tu propio clima...y tirar del carro sin desfallecer, como si fuera lo último que ibas a hacer en tu vida.

No es sólo un consejo, es una constatación, no sé como gritarlo más fuerte: la liberación de las almas, la puedes encontrar aquí y ahora, y no necesitas huir máslejos para encontrarla-o huir de ella. Pero sin amor...no hay nada que hacer. Aunque qué tipo de amor? Materno, sexual, filial...bueno igualmente, deberías ser capaz de encontrar tu clima, tu propia vida no puede pender de un hilo. Llegarás seguro a donde te propongas, ese tren sin destino pero que no se para, no tiene un estación final, aunque sí muchas intermedias, subiendose y bajando la gente. Sé aquél a quien van a preguntar, no el que va a preguntar. Tampoco seas el que pide, ni seas el que llore si no quieres. Tampoco seas el que se sienta humillado ni aislado si no te lo mereces. Ni tampoco en cualquier otro caso. Sé tú el que crea y no dejes que te atosiguen, dibuja la línea que seguirán los demás.

No hay comentarios: