La "dernière" paella del maese Full

Puesto que hay nerviosismo en las aulas y alguno no puede aguantar, confirmo que sí, que por fin...volví.

Qué jet lag más morrocotudo me azota las espaldas y la mente DioX aunque no es tan duro como el de pasado septiembre. Han sido 10 duros días de desconexión, arreglos, canguretes, papás, pipís, manos rotas de trabajar también y mucho mucho descanso regocijal.

No eché de menos internet pero si los amiguetes bloggeros con los que charlaba diariamente. En el pueblo, sacada la cabeza por la puerta (los días que no llovía, claro, porque llegó a caer más de 150 lts en un sitio muy pero que muy seco, viva!) pasaba, quizás una mosca, quizás un perro...y al cabo de un rato, esa figura cansina, contoneosa, una vieja del lugar, se acercaba con paso no firme y lentorrillo, y al llegar a mi altura, previa sonrisa, comentaba algo del tiempo o cualquier otra improperiez, que en el fondo era tan necesaria como el aire mismo, puesto que era la única sociabilidad posible hasta lueguito, cuando los convecinos sacasen finalmente la nariz al sol (si había)

Comentaros pues que me decidí a subvencionar la ferretería del villorrio y comprar un paellero, que para los ajenos, es como un fogón a lo bestia, sinó, ver foto, exprofeso para hacer paellas. Es de unos 40 cm y puede cocer paellas de hasta 65 cm de diámetro (la mía es de 50 cm)

La paella que veis es de mar y montaña, quedó de p. madre y muy facilona con el paellero, aunque con un color verdosín que aún no me aclaré cómo salió.

Hubo vítores y repeticiones durante el ágape

Aprovechando pues la "avinentesa" os deseo a todos-as lo mejor y hale a continuar con el rollo este

Paellero en acción


Paella morrocotuda, mar y montaña, para unos 10, con verduras