El otro día os mentaba un solar que tenía un grafitti en el segundo piso, que resultaba chocante ya que los grafitteros no acostumbran a ir con escaleras para pintarrajear. (podeis ver cómo se las ingeniaba uno de los grafiteros más famosos, banksy)
El solar está vallado, y no es sencillo entrar ahí dentro. Se derribó, como comentaba en mi anterior post (Solares-con-pechonalidad)para evitar que se ocupara el edificio y le causara problemas a a la promotora-constructora.
Pues bien, hoy ha aparecido pintarrajeado de nuevo, pese a la valla. Alguien saltó, pintó y volvió a saltar para salir. El título reza: "Gracias especuladores por este bonito solar" . Elocuente.
De hecho, decía Sanchez Dragó que él no tuvo techo hasta los 40, y que le parecía una tontería que los jóvenes de 23 años puedan tener un techo o no (se entiende de compra). Respecto a este comentario no tengo nada que decir, puede ser aceptable, si no fuera porque no se puede generalizar. Hay personas que a los 23 años son suficientemente maduras (o con una situación familiar especial) como para ser independientes. Y otros, a los cuarenta, será mejor que vivan aún con sus padres. Lo que está claro es que cuando una pareja joven decide tener hijos, debe poder independizarse, para poder dar a su hijo un hogar. Y eso, en muchos casos, es ya totalmente imposible.
Creo que el mercado en este caso, como en otros muchos, perjudica a unos afectados, pero además de forma implacable. Es el mismo mercado que destruirá el mundo en su vorágine de consumo (y no de consu-mismo) sin freno.
Sin ir más lejos, cito un comentario del boletín de idealista, que dice que aunque la demanda de pisos parece remitir, las constructoras y promotoras siguen solicitando créditos blandos para un nivel de demanda en alza (lo cual es un numero de lotería de los malos)Bruselas está mandando consignas para frenar esta tendencia inmediatemente.
Esperando, pues, un retorno a la normalidad en este campo, sin más comentarios os dejo las fotos.
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