Feria: En un solo día, pateándose los estands (10.....)

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David aterrizó y una vez pertrechado de su maleta y demás contingente se dirigió a la salida. Pasó por delante de una azafata de Lufthansa pero desgraciadamente esa no era la salida. Buscó un poco más, hasta que encontró una puerta que parecía eso, la salida. Todo estaba en alemán, y él, aunque muy habilidoso con las lenguas, no se sentía seguro hablando con el personal.

Una vez traspasada la puerta principal, un frio gélido el abofeteó directamente sin avisar. El frío, acompañado de cierto viento, se parece a lo de esta semana. Avisó un Taxi y se subió, no sin antes hacer cierta cola.

El taxista, un turco, se le estuvo quejando durante todo el trayecto de la crisis y de que ya no era todo como antes. David sólo deseaba llegar.

Una vez en la feria, y obviando las colas típicas para sacar el abono, soltando no menos de tres mentiras en el registro (que si era instalador, que si era empresa alemana) Todo para pagar menos o para entrar antes, esas eran las prioridades.

Estaba, por fin, dentro, encima de esa moqueta roja granate cargada de electricidad estática, y enfrente de muchas luces y material expuesto en diversos "estands", eso sí, con azafatas esculturales en todos ellos.

Pasó al lado de los estands italianos, en los las chicas más se habían ahorrado en ropa:exiguas minifaldas y tops de cintitas, que insinuaban culáquenes inmensos, muy buenos para hacer paella.

En los estands alemanes, como siempre, una cierta frialdad, y mucho producto tecnológico. Los españoles, tambien como casi siempre, casi no estaban, y los franceses...tampoco pero porque no les daba la gana, como a los ingleses.

David andó y andó, con la maleta encima, cansado, viendo los de los chinos, invasión nueva pero cada vez mayor, y constante. Entonces, estando cerca, saltó la alarma: un grupo de policias aparecen y precintan un estand chino: se ve que estaba todo copiado, incluso el nombre prácticamente era el mismo. Adónde iremos a parar, qué miedo.

Finalmente David se encontró el estand de la filial y se presentó como el responsable español de exportación. Allí, se puedo tomar un cafelito -aunque con mucho sabor alemán- algo de jamón y algo de vino. Esta era la compesanción del día, no había más. Se colgó la chapita, y se estuvo 5 horas más de pie, presentando producto a todos los pesados que se le acercaron, fueran o no fueran de su cometido.

Una vez pasada toda esa tortura, sin extenderse más y habiendo saludado a todos los "colegas", David pudo por fin desmontar la paradita, recoger sus bartulitos, despedirse de las chicas y de la gente, e irse a pillar el avión de vuelta. Eran las 20:00 de la tarde y llevaba encima unas cuantas cervezas, unos Bratwursts (salchicha alemana) un codillo con chucrú (Schweinhasel) y unas cuantas tarjetas de visita. No había estado mal la feria, después de todo.

Finalmente, entre el taxi, el avión, las maletas, el coche y el grano se metió en la cama a las 02:00 de la mañana. Ah, y a la mañana siguiente, a levantarse temprano para estar en la ofis otra vez!!!!