Mientras tomábamos un paseo con mi amigo Tomás, me percaté que las novias del Sr Maury aparecieron corriendo para formar un corro. Rápidamente, sin mediar palabra, nos acurrucamos los paseantes cual ensimismados expectantes frente a la evidencia más impactante: las tres novias, las tres, tenían mucho calor! Y no pretendían pasar desapercibidas!
Con mi aprendida paciencia y mi incipiente disimulo, dirigí mi mirada digital a las evoluciones de las féminas, que al parecer pensaban que estaban trabajando en la oficina (a juzgar por los gestos)
Finalmente la escena costumbrista se convirtió en la reoca, la revolución, el tema del día, cuando ellas decidieron por su propia cuenta y riesgo mostrarse en su hábitad natural: el aire las embelesó, el calor las envenenó, el amor las endiosó y todas desparramadas ellas se quitaron el cinturón. He aquí la prueba:
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